Frecuentemente cuando hablamos sobre los dientes, escuchamos el término coronas dentales. Sin embargo. No está claro, qué son exactamente y cuando es recomendable que te pongan una.
Vamos por partes. En términos sencillos, una corona es una cubierta o “tapa” que tu dentista puede colocar sobre un diente.
Una corona tiene varias aplicaciones, y nadie mejor que tu dentista pasa asesorarte si en tu caso particular, tu tratamiento dental requiere una corona o no.
Veamos cuáles son las aplicaciones más comunes.
Una corona restaura un diente dañado o faltante a su forma, tamaño y función normales. Una corona puede proteger el diente o mejorar su apariencia.
En Sakar Dental te podemos recomendarte una corona en los siguientes casos:
Las coronas se pueden fabricar con varios tipos de materiales. Se pueden utilizar aleaciones metálicas, cerámica, porcelana, porcelana fundida con metal o resina compuesta. Cuando se hace una corona, el material suele ser del color del diente para que se integre con tus dientes naturales.
Lo importante es que tu corona se vea natural y se ajuste cómodamente a tu boca. Para decidir qué material usar para tu corona, nosotros en conjunto contigo consideraremos muchos factores, tales como:
Los costos también deben discutirse y considerarse. Después de que tú y tu dentista hayan analizado estos factores, es posible que desees hablar sobre tus preferencias personales.
Por lo general, se necesitan dos a tres visitas al dentista para completar el tratamiento.
Cuando se coloca una corona sobre un diente natural, se requieren varios pasos:
Al igual que los dientes naturales, las coronas pueden romperse. Y el diente debajo de la corona aún puede desarrollar caries.
Para prevenir caries o daño a tu corona:
Hasta la próxima…